lunes, 26 de enero de 2009

Los cuatro moños


"ERES IMPORTANTE PARA Mí..."

Una profesora -universitaria inició un nuevo proyecto entre sus alumnos. A cada uno les dio cuatro moños de color azul, todos con la leyenda: "Eres importante para mí'?, y íes pidió que se pusieran uno. Cuando todos lo hicieron, les dijo que eso era lo que ella pensaba de ellos. Luego les explicó de qué se trataba el experi¬mento: tenían que darle un moño a alguna persona que fuera importante para ellos ex¬plicándoles el motivo y dándole los otros mo¬ños, para que ellos hicieran lo mismo. El resultado esperado era ver cuánto podía influir en las personas ese pequeño detalle. Todos salieron de esa clase, platicando a quién darían sus moños; algunos menciona¬ban a sus padres, otros a sus hermanos o a sus novios.
Pero entre aquellos estudiantes, había uno que estaba lejos de casa. Este muchacho había conseguido una beca para esa universi¬dad, y al estar lejos de su hogar, no podía darles ese moño a sus padres o a sus herma¬nos.

Pasó toda la noche pensando a quién daría ese moño, pero al otro día, muy temprano tu¬vo la respuesta. Tenía un amigo, un joven profesional que lo había orientado para elegir su carrera y muchas veces lo asesoraba, cuando las cosas no iban tan bien como él esperaba,
¡Esa era la solución! Saliendo de clases se di¬rigió al edificio donde su amigo trabajaba y en recepción pidió verlo. A su amigo le extra¬ñó, ya que el muchacho iba a ver después de que él salía de trabajar, por lo que pensó que algo malo estaba sucediendo. Cuando lo vio en la entrada, sintió alivio de que todo estu¬viera bien, pero a la vez le extrañaba el moti¬vo de su visita. El estudiante le explicó el pro¬pósito de su visita, y le entregó tres moños; le pidió que se pusiera uno, y le dijo que "al es¬tar lejos de casa era el indicado para portar¬lo'5; el joven ejecutivo se sintió halagado, no recibía ese tipo de reconocimientos muy a menudo y prometió a su amigo que seguiría el experimento, y le informaría de los resulta¬dos. El joven ejecutivo regresó a sus labores, y ya casi a la hora de la salida, se le ocurrió una
arriesgada idea: Le quería entregar los dos moños a su jefe. El jefe era una persona huraña, y siempre muy atareada, por lo que tuvo que esperar a que estuviera "desocupado".
Cuando consiguió verlo, su jefe estaba inmer¬so en la lectura de los nuevos proyectos de su departamento, la oficina estaba repleta de re¬conocimientos y papales. El jefe sólo gruño "¿Qué desea?". El joven ejecutivo le explicó tímidamente el propósito de su visita y le mostró los dos mo¬ños.
El jefe, asombrado, le preguntó; "¿Por qué cree usted que soy el más indicado para tener ese moño?"
El joven ejecutivo le respondió que él lo admi¬raba por su capacidad y entusiasmo en los negocios, además que de él había aprendido bastante, y estaba orgulloso de estar bajo su mando. 'El jefe titubeó, pero recibió con agra¬do los dos moños; no muy a menudo se escu-chan esas palabras con sinceridad, estando en el puesto en el que él se encontraba. El joven ejecutivo de despidió cortésmente del jefe y, como ya era la hora de salida, se fue a su casa.
El jefe, acostumbrado a estar en la oficina hasta altas horas, esta vez se fue temprano a su casa. En la solapa llevaba uno de los dos moños, y el otro lo guardó en el bolsillo de su camisa.
Se fue reflexionando, mientras manejaba rumbo a su casa. Su esposa se extrañó de verlo tan temprano, y pensó que algo le había pasado; cuando le preguntó que si pasaba al¬go anormal, él le respondió que no pasaba nada, que ese día quería estar con su familia. Ella se extrañó, ya que su esposo acostum¬braba llegar de mal humor. El jefe preguntó: "¿Dónde está nuestro hijo?"; la esposa sólo lo llamó, ya que estaba en el piso superior de la casa. El hijo bajó, y el pa¬dre sólo le dijo:
¡Acompáñame Ante la mirada extrañada de la esposa y del hijo, arabos salieron de la ca¬sa,. . (El jefe era un hombre que no acostum¬braba gastar su "valioso tiempo" en su familia muy a menudo).
Tanto el padre como el hijo se sentaron en e! porche de la casa. El padre miró al hijo, quien a su vez lo miraba extrañado. Le empezó a de¬cir que sabía que no era un buen padre, que muchas veces se perdió de aquellos momentos que sabía eran importantes. Y luego le expresó que había decidido cambiar, que quería pasar más tiempo con ellos, ya que su madre y él eran lo más importante que tenía. También le mencionó lo de los moños, y su jo¬ven ejecutivo. Le dijo que lo había pensado mucho, pero quería darle el último moño a él, ya que era lo más importante, lo más sagrado para él, que el día que nació, fue el más feliz de su vida y que estaba orgulloso de él. Todo esto, mientras le prendía el moño que decía: "Eres importante para mí" El hijo, con lágrimas en sus ojos le dijo: "Papá, no se qué decir...mañana pensaba suicidarme, porque pensé que no te importaba. Te quiero mucho papá, perdóname..." Ambos lloraron y se abrazaron. El experimento de la profesora dio resultado, había logrado cambiar no a una, sino varias vi¬das, con sólo expresar lo que sentían... Ese es el poder de uno.,.
Expresar lo que sientes, y darle valor a los detalles de la gente que te ama. Por eso, tú.... "¡ERES MUY IMPORTANTE PARA MI!"
Jesús a cada paso nos dice "ERES IMPORTANTE PARA Mí" hagamos lo mismo con todos los que nos rodean comencemos primero por nuestra propia familia esposa, esposo, hijos, hijas, papas, hermanos, etc. Podríamos salvar una vida con un poco de nuestra compañía y atención pero sobre todo diciéndoles "TE AMO", con el interés por su persona y por sus cosas.
¡2009 AÑO DE LA FAMILIA!








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